viernes, 22 de enero de 2010

Los derechos de un lector:



Según el escritor Daniel Pennac, los derechos de un lector son:

• Derecho a no leer.
• Derecho a saltar páginas.
• Derecho a no terminar un libro.
• Derecho a releer.
• Derecho a leer lo que sea.
• Derecho al bovarysmo (vivir más en las realidades de los libros que en la vida).
• Derecho de leer en cualquier sitio.
• Derecho de buscar libros, abrirlos por cualquier parte y leer un fragmento.
• Derecho a leer en voz alta.
• Derecho a leer y a permanecer en silencio.

Y, por supuesto, el primero de todos los enumerados es esencial para que la lectura siga siendo un derecho y no se transforme en una obligación.

Estrategias que no fallan para hacer que a los niños les gusten los libros:


El mejor ambiente para formar lectores es la familia. No hay que dejar la tarea en manos del colegio porque allí raramente se dan las condiciones para leer por placer. ¿Cuáles son las claves para que los niños descubran que un libro puede ser tan entretenido como una película o un videojuego?

• Que los padres lean. Qué mejor forma de enterarlos del placer que procura la lectura que ver a sus padres disfrutando.

• Compartir algo de lo que se está leyendo. De repente, en voz alta, para los niños, algún fragmento del libro que nos entretiene o una noticia del periódico o de la revista de deportes.

• Inscribirles como socios en la biblioteca del barrio/municipio y visitarla una o dos veces por semana. Aunque decidan no llevarse ningún libro, se familiarizan con los que hay.

• No empeñarse en que le guste lo mismo que nos gustaba a nosotros a su edad. Por el contrario, hay que ayudarles a encontrar lo que a ellos les gusta y procurárselo aunque sea un manga que nos parezca pésimamente escrito.

• No hay que impacientarse. Justamente se dice que estamos tan acostumbrados a la velocidad del lenguaje audiovisual que el tiempo de la lectura nos resulta lento. Que los chicos se tomen el tiempo que necesiten, rodeados de buenos libros y d electores; tarde o temprano, también ellos disfrutarán con la lectura.

• Leámosles todas las noches una página de un libro divertido, haciendo una lectura bien expresiva: que se rían con las voces que ponemos, que nos den la mano en los momentos tensos… Lo más efectivo, casi siempre, es lo afectivo.

• Hay que animarles a que nos lean en voz alta los cuentos que les gusten. Leer en compañía es el primer paso para luego leer solos.

• Incluir en los paseos habituales las librerías del barrio o la sección de libros de hiper. Aunque no compremos, ellos ven lo que hay y llegará el día en que pidan un libro con tantas ganas como piden los videojuegos.

• No nos desanimemos, a veces descubren el placer de leer en la adolescencia. Pero tampoco permitamos que tengan una infancia sin lecturas, no nos cansemos de leerles.

Pautas para que a los niños NUNCA les guste leer

En el libro Gramática de la fantasía, el genial escritor y pedagogo Gianni Rodari da una serie de pautas para que a los niños NUNCA les guste leer. Éstas son algunas:

• Mostrarles los libros como alternativa a la televisión: “Deja de ver la tele y ponte a leer”. Es una frase fatídica, la lectura es un entretenimiento más, algo a sumar.
• Decir que los niños de antes leían más que los de ahora, como si hubiera una competencia por ver quién lee más.
• Creer que los chicos tienen demasiadas diversiones. ¿Cuándo el pasarlo bien puede ser excesivo?
• Culparles de que prefieran hacer otras cosas antes que leer. Se trata de preferencias, por tanto no hay culpas.
• Transformar el libro en un instrumento de tortura obligando al niño a leer o a responder preguntas sobre lo que ha leído.
• No leerles libros a los niños.
• No ofrecerles una variedad de lecturas suficiente.